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domingo, 4 de noviembre de 2007

Diógenes musical

No sé vosotros, pero yo tengo algún amigo, de cuyo nombre no me quiero acordar, que se pasa las horas muertas bajándose de Internet música y más música que acumula en el disco duro, y que jamás tendrá tiempo de escuchar. Yo lo he llamado el síndrome de Diógenes musical parafraseando a la enfermedad mental, tan común en nuestros días, consistente en acumular basura en casa.

No estoy seguro si esto le pasa sólo a las generaciones que vivimos nuestra adolescencia sin dinero, y por tanto sin poder comprar la música que nos gustaba en aquellas tiendas de discos que existían en el siglo XX. Y como ahora disponemos de medios suficientes nos desquitamos como si padeciéramos el sindrome del "mono" acumulador. O quizá sea por esa "comida de coco" que nos hacen desde pequeñitos de que hay que leer, escuchar música, consumir cultura, aunque lo consumido sea una mierda, y así seremos unos seres de gran prestigio.

Y es que la cultura se ha hecho para el goce y la diversión. Y si no te divierte, no leas, no escuches música ¡Deja de descargar archivos por dios!

Otras veces queremos abarcar toda la música que se publica en el mundo, y olvidamos aquello que muy bien rezaba en el eslogan publicitario de aquella mítica compañía discográfica alemana llamada ECM, el mejor sonido después del silencio.

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