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sábado, 5 de abril de 2008

¡Absurdos!


Me he quedado de piedra cuando comprobraba los links que apuntaban al crisol. En el blog El que más da, más tiene que firma Carlos, aparece una entrada con la imagen y la escueta frase que veis. No sé si tal exclamación en contra de los 40 principales es intuitiva o el autor verdaderamente sabe la verdad de lo que hay en ella. Esto me ha motivado a explicar algunas cosas que yo si sé y creo que mucha gente sobre la emisora.

Para los lectores de fuera de España hay que explicar que los 40 principales es una veterana emisora de radio y cadena de televisión que ofrece música las 24 horas del día. Pertenece a PRISA la mayor corporación empresarial en medios de comunicación del país.

Podríamos decir que el medio aquí descrito basaba su sistema en la industria musical que ahora está cayendo como un castillo de naipes. Había y todavía hay varias formas de trabajar con ellos. La más sencilla es pagando simplemente por la aparición de las canciones y vídeos correspondientes en sus programas. Cuanto mayor es la cantidad abonada, más arriba aparecías en sus "listas de éxitos". Se otorgaba un color a la canción y ¡zas! aparecías tantas veces y a ciertas horas punta.

Otro sistema es la cesión de derechos de autor a la empresa. Es decir, parte de los derechos editoriales que administra la sociedad de gestión SGAE revierten una vez liquidados. Así se producía la paradoja de que los derechos de emisión generados por las emisoras de radio de una canción eran pagados por la empresa y posteriormente aparecían de vuelta en su cuenta de resultados. La combinación de los dos sistemas también era muy habitual. Este segundo método era muy empleado para las discográficas que no tenían mucho dinero o eran independientes pequeñas. Así que la música se promocionaba en función del rendimiento económico nunca por su valor musical.

En los años dorados PRISA llego a tener su propia productora y distribuidora hoy en día ya liquidadas. Así que "el yo me lo guiso, yo me lo como" era muy bien ejecutado. A su vez la producción de conciertos que todavía está en pie era hecha por su agencia Planets Events.

Hace cinco o seis años, en sus buenos tiempos, el control del artista que creaban era completo. Grababan el disco en su productora, los distribuían, lo promocionaban por sus emisoras, revistas, periódicos, televisiones y lo vendían en sus conciertos. Negocio redondo. Si no lo hacías así y la producción, distribución, etc, eran propios, debías cederle parte del pastel si querías acceder a sus medios. Ahora afortunadamente este sistema es historia y, como dice Carlos, absurdo. Afortunadamente podemos decir que somos más libres por el acceso a la música a través de la red... ¿no?

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