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lunes, 14 de mayo de 2007

En busca de una canción


La historia de la música se repite una y otra vez. Los grandes compositores, muchas veces, tiene poco o ningún éxito entre sus contemporáneos. Esto es parte de lo que nos cuenta Wim Wenders en The Soul of a Man, la segunda parte de los documentales Martin Scorsese Presents The Blues.

La estructura del documental semeja un gran árbol cuyas raíces son los viejos bluesman del delta del Mississippi. Y la más profunda es la voz de Blind Willie Johnson enviada al espacio en la sonda espacial Voyager en 1977, como representante de la música americana del siglo XX. Con sobrecogedoras imágenes del espacio y una recreación del cantante comienza el film.

Otra rama de la historia del blues crece a través de Skip James, un contrabandista de licor en los años 20 que logra grabar dos sesiones con cerca de una veintena de canciones fundamentales en lo que será la música popular. Su alucinante reaparición, después de 30 años "missing", en el Festival de Newport de 1966 es una de las muchas imágenes por las que vale la pena contemplar este film.

Pero lo que más me ha impactado es la historia de J.B. Lenoir, ninguneado por la industria de su tiempo y admirado después de su accidentada muerte por sus extraordinarias canciones.
El documental utiliza regularmente el efectivo recurso de las comparaciones. El vídeo subido es una buena muestra de este hecho. Solapa el documental rescatado por Wenders sobre Lenoir del matrimonio sueco Steve y Ronnog Seaberg, los únicos que creyeron en él, y las versiones que realiza el director alemán de las estrellas actuales versionando sus canciones.

Como escribía al principio, la historia se repite, y en estos tiempos de crisis de la industria discográfica, seguro que sigue habiendo compositores creativos por descubrir, lo que también estoy seguro es que no se encuentran entre los números 1 de las listas de éxito.

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