Irán y manipulaciones
Ahora el fraude sobrevuela sobre las últimas elecciones. Pero, ¿Cómo saber la realidad de un país separado físicamente por una enorme distancia en kilómetros y culturalmente hablando aún más lejos? Si miramos a Ahmadineyad lo podríamos encuadrar en un perfil de izquierdas, defiende a las clases bajas, eso sí de una forma populista. Un ejemplo es el seguro sanitario que ha creado para más de tres millones de mujeres que se dedican a la fabricación de alfombras de una forma artesanal y que viven en pueblos rurales. Por el contrario sus acciones son controladas por los clérigos. Es como si nuestras decisiones políticas las tomara la Conferencia Episcopal. El otro candidato es Musaví, con un pasado político dudoso, y apoyado por las clases acomodadas. Por aquí sería un perfecto perfil para la derecha, sin embargo es el defensor de los derechos y libertades de los ciudadanos.
Ayer se despejaron gran parte de mis dudas al compartir mesa con un viejo amigo que ha vivido por un tiempo en Irán, padeciendo con la población las mismas dificultades. Entendí la necesidad de una apertura de sus libertades y derechos. Es difícil comprender la prohibición de celebrar fiestas entre amigos, incluso el solo hecho de escuchar la música que te gusta en ellas es delito, ni te cuento si los guardianes encuentran un chupito de aguardiente para brindar lo que supone. O la imposibilidad de asistir a un partido de fútbol que es lo menos malo que le puede suceder a una mujer en Irán. La foto muestra la detención de una iraní por no ir adecuadamente vestida.
La cuestión es cómo informarte. Las noticias que emiten los grandes medios de comunicación son interesadas por tanto intento contrastarlas con la contrainformación que se puede leer a través de internet y hacerme una idea intermedia razonable. Pero no hay nada como vivir tú mismo esa realidad o en su defecto escucharla de primera mano.