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lunes, 18 de junio de 2007

Ousmane Sembene 1923-2007


Nació en Ziguinchor, Casamance, Senegal. Murió a los 84 años de edad en su casa de Dakar el pasado 10 de Junio. Fue estibador, mecánico, carpintero y pescador. Trabajo como emigrante en el puerto de Marsella o en la fábrica de Citroën en París. Más tarde regreso al continente que lo vio nacer y se dedicó a la literatura.

"Prefiero los libros pero con la enorme tasa de analfabetismo de África "¿Cómo puedo hablar con la gente? ¿Cómo les hago adquirir conciencia? Con el cine".


Hizo cine a principios de los años sesenta, después de pasar un año estudiando en Moscú. Su primer paso fue un corto documental encargado por el gobierno de Mali en 1963. Fundó su propia compañía cinematográfica y empezó a hacer películas independientes de bajo presupuesto.

“Mis imágenes no son sólo para entretener y ganar dinero. Todavía me adhiero a lo que dijo Lenin: ‘Un artista debe hacer dinero para vivir y trabajar, pero no debe trabajar para hacer dinero’. Creo que mis películas son una herramienta de educación. Quiero devolverles el orgullo y la dignidad a los africanos. Por eso uso, siempre que puedo, lenguajes nativos: en Mooladé se habla wolof, diola —de Senegal— y bambara, una lengua usada en Mauritania, Mali, Burkina Faso y Costa de Marfil. Mi público es África; Occidente y el resto son mercados. Además quiero mantener mi estética lo más cercana posible a la narrativa oral tradicional de nuestros países, con lo cual no uso nunca métodos tomados de Hollywood o el cine europeo. Mi meta, y espero lograrlo, es crear un lenguaje fílmico africano”.


Sus temas incomodan tanto a occidente como a los gobiernos africanos. Una producción que habla de un África profunda, desconocida: la comunidad, la corrupción de las élites, un modelo familiar que cambia, el rol de las mujeres modernas, la soledad del ciudadano frente a la burocracia, el colonialismo, la pobreza... Sátiras sobre los burgueses, los líderes políticos, el fundamentalismo religioso. Son el leitmotiv de sus historias. Sembene mezclaba su indignación moral con calidez y humor.

Su cine es difícil de ver por no decir imposible. La mayoría de su obra como guionista y director (una docena de largometrajes) sigue inédita en España.
Su primer largo de 1965, Le noir de... (La chica negra), podría ser el primer filme netamente africano. Mandabi (1968), fue censurada en África por mostrar la corrupción política y la devastación económica. Emitai (1972) estuvo cinco años sin poder estrenarse en Francia por su dura descripción del colonialismo. Xala (1974) es considerado por muchos como su mejor obra, donde toca temas como la poligamia, la medicina tradicional africana y los contrastes entre la vida urbana y la rural. Temas parecidos resurgen en Ceddo (Premio Especial del Festival de Berlín y de Moscú - 1976). Guelwaar (Premio del Senado del Festival de Venecia - 1993) y Faat-kine (2001) que junto con Moolaadé (2004) son parte de una trilogía inacabada. En esta última cuenta la historia de una mujer de una aldea que acoge a cuatro niñas que buscan refugio -moolaadé- para escapar del peligroso y doloroso ritual que incluye la mutilación genital femenina. Disfrutó de un merecido éxito siendo premiada en los festivales de Cannes, Marruecos y Los Angeles -reseña en crisol-.

Ha desaparecido el más preclaro de los cineastas africanos pero nos dejó sus películas, y con ellas, su fuerte compromiso con su continente.


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