Burkina Electric
Burkina Electric se crea en el país centroafricano que da titulo al grupo con dos líneas musicales perfectamente marcadas. Por un lado los tradicionales ritmos y melodías de Burkina Faso y por el otro los sonidos electro-trip hop que la tecnología occidental nos permite.
La electrificación de los sonidos tradicionales es una vieja discusión que nos retrotrae a los tiempos en que Dylan dejo su guitarra acústica para colgarse una eléctrica en los años 60. No sé muy bien porqué muchos críticos exigen a los artistas africanos la conservación de la pureza folclórica de sus sonidos, negándoles el derecho a investigar con las nuevas tecnologías como le pasó a Bob. Burkina Electric nos demuestra que todo es compatible mientras se haga con calidad.
La base del grupo son los potentes sonidos tradicionales africanos que aportan Maï Lingani con su poderosa voz y Wende K. Blass con una preciosista guitarra en el mejor estilo del soukous congoleño. Aunque desde la primera escucha se nota la mano de “los blanquitos” en los teclados y mezclas. Por un lado tenemos a Pyrolator, un especilaista en música y computadoras alemán y por la otra a Lukas Ligeti, un compositor y percusionista neoyorkino que experimenta tanto en música clásica, contemporánea, jazz, electrónica, o como en este caso en la world music.
Todo esta fusión nos da este alucinante resultado que me tiene cautivado desde hace unos días. Y qué me decís del espectáculo visual digno del mejor festival de música; fantásticos bailarines y la extraordinaria belleza de Maï.
La base del grupo son los potentes sonidos tradicionales africanos que aportan Maï Lingani con su poderosa voz y Wende K. Blass con una preciosista guitarra en el mejor estilo del soukous congoleño. Aunque desde la primera escucha se nota la mano de “los blanquitos” en los teclados y mezclas. Por un lado tenemos a Pyrolator, un especilaista en música y computadoras alemán y por la otra a Lukas Ligeti, un compositor y percusionista neoyorkino que experimenta tanto en música clásica, contemporánea, jazz, electrónica, o como en este caso en la world music.
Todo esta fusión nos da este alucinante resultado que me tiene cautivado desde hace unos días. Y qué me decís del espectáculo visual digno del mejor festival de música; fantásticos bailarines y la extraordinaria belleza de Maï.
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