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martes, 20 de noviembre de 2007

El final de un sistema

Cuando ayer leí el comunicado del grupo “La Oreja de Van Gogh” dando a conocer la separación de su cantante del resto de componentes no le di mayor importancia, incluso me alegré.

Su música nunca me ha gustado. Me irritaban profundamente esas simples melodías acompañadas de la voz ñoña de Amaia tan efectivas en los adolescentes. Aunque veo que la noticia ha tenido un tirón mediático considerable apareciendo en todos los medios.

Lo que si que hay que reconocer es que el éxito los acompañó casi desde el principio. Jennifer Ces era una agresiva ejecutiva que se movía en el departamento de Epic de la multinacional Sony y se agarro a ellos, era uno de sus primeros productos, como a un clavo ardiendo. Esto sucedía hace diez años, desde entonces han vendido cientos de miles de copias de sus CDS.

El sistema corrupto que empleaban las discográficas para ello es bastante conocido; cesión de derechos de autor a las radio-formulas a cambio de programación machacante en sus emisoras, cesión del management de conciertos a una productora afín por toda España, ocultas comisiones a diestro y siniestro, etc. Todo esto iba sucediendo poco a poco como una bola de nieve. Si la compañía vendía 20.000 copias se reinvertía un poco más. Y así el grupo tuvo un gran éxito. Habían encontrado a los ansiados sucesores de Mecano.

Un viejo truco que para cualquier AR de “multi” que es como el abc de la profesión es la separación de quien da la cara en el grupo, es decir la imagen del producto, el resultado es que la cosa es mucho más manejable. Pero estos bien educados chicos de San Sebastián no eran nada tontos, se han mantenido unidos hasta ayer mismo. De hecho a la vez que vendían cientos de miles de copias de sus canciones seguían cursando sus estudios de derecho por si acaso. Pero el éxito es como cuando un perro de presa prueba la sangre, nunca se olvida. Y los "orejeros" han seguido agarrados y seguirán a la "teta" discográfica.

Al leer el triste comunicado de ayer me di cuenta que la cosa, tal como nació ya no funcionará jamás. No hay que ser muy listo para imaginar que Amaia lanzará dentro de poco un deprimente trabajo en solitario que paseara por programas de tv como gente del sábado y demás. Y que el resto del grupo buscará afanosamente otra cantante ñoña que reviva viejos tiempos. Aun peor, lo que no se han dado cuenta es que todo el viejo sistema que aupaba a los grupos a la popularidad se ha venido abajo como un castillo de naipes gracias a Internet, y es que los tiempos musicales han cambiado definitivamente y pienso que para bien.

2 comentarios:

  1. Me estás tocando la fibra con estos temas Jorge, no me tientes que empiezo a poner a caldo a todos los artistas españoles.
    Lo que dices es una verdad como una catedral y el público oyente somos meras marionetas;... a mí es que la voz de esa chica me irrita. Yo antes era un chaval tranquilo pero poco a poco los medios me han convertido en un irritable personaje y ¿qué le voy a hacer si he nacido en los ochenta con temas como Take on me, Forever young, 7seconds, ...?, ahora me meten en la cabeza melodías como "Bulería bulería" de Bisbal y estoy todo el día de malas e insoportable. Voy por la calle y esté donde esté siempre pasa un tuning con el perreo de los cojones(baila morena, baila morena, baila morena, baila morena,...PA-TUM PA-TUM PA-TUM...).
    ¿No ves? yo antes no decía tacos pero ahora es inevitable me irrita.

    Un abrazo.

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  2. Estoy muy de acuerdo. Esto pasa por igual en todos lados, no es propiedad de España, lo sé porque además no soy español.
    La Música es una cosa, el negocio del entretenimiento, otra. Vale tambien para el cine.
    Yo, que escucho Música, me alegro de que se acabe este grupete tan desagradable, pero me alegro muy poco , porque ya vendrá otro peor.

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