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jueves, 7 de agosto de 2008

El muro blanco


-Es curioso el parecido físico entre los dos Ferrer-, me comenta un amigo. La comparación resultaba de la visita a la exposición pictórica de Ferrer Guasch, el pintor ibicenco cuyo cuadro ilustra este artículo, con el Padre Ferrer cuya obra realizada en La India yo no voy a descubrir. Los dos fueron bautizados con el mismo nombre, Vicente, y viajan por la vida con una edad parecida. No conozco personalmente al atípico religioso católico, por decir algo, aunque mi observador amigo sí. Lo que puedo contar es mi impresión personal del nonagenario maestro de los pinceles, su impresionante lucidez con la que me topé al tener el privilegio de dialogar con él a la vez que recorríamos sus cuadros expuestos.

-El único secreto es el trabajo continuo- me susurra con su fina voz, afirmando su principal argumento, y añade -son imprescindibles la sencillez y la libertad, que no es poco, para llegar al cuadro perfecto-.

Su pintura se basa en el trato exquisito al color blanco, que domina su obra y la isla hasta su último rincón. El llegar a distinguir más de 30 blancos diferentes como los esquimales es la broma que le gasto al maestro en un alarde de humor por mi parte. Un reto que si no ha superado ya, está a punto de hacerlo.

Me dice que le acaba de llamar su marchante norteamericano, espero que el gringo no lea estas líneas, encargándole una serie de 10 cuadros sin ningún límite económico pero con la condición artística de que aparezcan algunas figuras de mujeres payesas entre sus formas arquitectónicas. Creo que la respuesta dada se puede imaginar mas a continuación añade: -El hacer lo que me da la gana a estas alturas es lo más importante de la vida-.

El recorrido terminó con la demostración de que cada motivo y cada matiz de color es importante en todos los cuadros, me lo demostraba tapándolos con su frágil mano. Misteriosamente al hacer desparecer una ventana o una minúscula puerta el lienzo se desequilibraba y "caía".

En la despedida, sin poder evitar mi mala costumbre de hacer chistes malos, comenté que su mejor cuadro vendrá cuando consiga pintar un lienzo sólo con el color blanco, a lo que él me respondió dándome la mano y excusándose sin motivo: -Vaya rollo que te he metido-.

  • Vicente Ferrer Guasch expone en la Galeria Berri de Sant Agustí en Ibiza
  • 1 comentario:

    1. Me impresiona la pintura de este hombre y el mismo hombre.
      Sus cuadros blancos me hablan de paz, de equilibrio, de sensibilidad y me hacen sentir la vida.

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