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domingo, 27 de septiembre de 2009

Música, imagen y disfraces

La imagen es un componente esencial en el mundo de la música. Ya en los sesenta The Beatles fueron identificados mundialmente por el abundante flequillo, que según cuenta la leyenda Klaus Voormann sugirió a la banda adoptar. Desde entonces los lanzamientos discográficos cuidan en detalle todo la imagen que acompaña al artista, fotos, vestimenta, puesta en escena y sobre todo opiniones sociales, culturales o incluso posición política a adoptar. Está en juego toda la filosofía que una banda o un cantante quiera comunicar. Confieso haber cuidado con esmero todo esto en mis producciones, siempre sugiriendo nunca imponiendo, quizá alguna vez exagerando. Entiendo que lo que se muestra tiene que coincidir con la verdad, es una cualidad esencial para todo el que quiera ganarse la vida honradamente con la música. Esta experiencia acumulada me ha dado un olfato especial y una desconfianza enfermiza para intuir y al final descubrir que hay detrás de una cresta punk, un hippie "desgreñao", un oscuro traje siniestro o un blanco y puro por la paz.

La ceremonia de la confusión todo lo invade ayudada por unos medios de masas cómplices del caos de irrealidad. Así podemos ver "un alternativo" con rastas como Melendi (hace poco se las cortó) dentro de todo el tinglado formal; "un luchador por la libertad social" como Manu Chao con un dominio excelente en los medios de comunicación alienantes; un abundante compositor de canciones (por lo menos así me lo vendieron cuando no lo conocía nadie) como Juanes, que su mayor éxito "La Camisa Negra" no está compuesta por él; un compositor newage que defiende la naturaleza como Michael Cretu (Enigma), dañando y construyendo ilegalmente en lugares protegidos. Así podría estar media hora, citando incongruencias y contradicciones de los artistas. Hay millones de ejemplos. pero por mucho que se diga es difícil descubrir tanta mentira, ni ellos mismos se enteran. La fama es un barniz que todo lo cubre y auto justifica.

La única solución para desenmascarar a los farsantes la tenéis vosotros. Poned en cuestión a cada gurú musical que intenta manipular la realidad con algo que no sea exclusivamente su música. No más farsas de conciertos "solidarios", no más entradas gratuitas a los parados en aras de que se hable lo bueno que eres, etc. No confíes en nadie, sólo en vuestro oído, es la única baza que tenemos.

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