Lustración
Término romano que designaba una purificación ritual.
Leo que la política de purga del régimen comunista polaco, encarnado en los pequeños gemelos de físico y de espíritu Kaczynski, promueve la Ley de Lustración. Ésta ha alcanzado hasta uno de mis escritores de cabecera, el también polaco y tristemente desparecido Ryszard Kapuscinski. Le acusan de connivencia con el régimen comunista trabajando como espía.
Quizá el refrán popular de "no se es profeta en tu tierra" venga como anillo al dedo en este caso. La virtud de este gran escritor es la de haber espiado para todos nosotros internándose en mundo que todavía hoy no llegamos a comprender del todo. Y que dejó expuesto en sus libros.
Por poner un pequeño ejemplo: En uno de los pasajes de su popular novela Ébano donde profundiza en el sentir del África Negra. Kapuscinski se instaló en uno de los barrios de chabolas de una de las ciudades más pobres y violentas del mundo: Lagos en Nigeria. Estos son algunos extractos.
Quizá el refrán popular de "no se es profeta en tu tierra" venga como anillo al dedo en este caso. La virtud de este gran escritor es la de haber espiado para todos nosotros internándose en mundo que todavía hoy no llegamos a comprender del todo. Y que dejó expuesto en sus libros.
Por poner un pequeño ejemplo: En uno de los pasajes de su popular novela Ébano donde profundiza en el sentir del África Negra. Kapuscinski se instaló en uno de los barrios de chabolas de una de las ciudades más pobres y violentas del mundo: Lagos en Nigeria. Estos son algunos extractos.
El piso que tengo alquilado en Lagos es escenario de continuos robos. Y no sólo cuando me marcho por una temporada más o menos larga. Sino que aun si hago un viaje breve a alguna ciudad cercana, sé que cuando vuelva encontraré la ventana arrancada de su marco, los muebles revueltos y los armarios vaciados...
Es capaz de hacernos comprender el estado de las cosas para alguien que no tiene nada y que su sustento puede depender de algo, para nosotros, superfluo.
En mi callejón vivía una mujer sola cuya única propiedad era una olla. Se ganaba la vida comprando a crédito judías de las vendedoras, las hervía, las aliñaba con una salsa y las vendía a la gente... Una noche nos despertó un grito desgarrador. Todo el callejón fue presa de cierta agitación. La mujer enloquecida y desesperada, corría en círculos: unos ladrones le habían robado la olla: había perdido su único medio de vida.Integrándose en un mundo donde tú, como blanco, ejerces un rol.
Un día tuve una visita, era un hombre de mediana edad, ataviado con un traje musulmán de color blanco. Se llamaba Suleiman... Le confesé que no paraban de robarme. Suleiman lo consideró como una cosa del todo normal. El robo es una forma -cierto que desagradable- de nivelar las desigualdades. Estaba muy bien que me robasen, dijo, aquello incluso era un gesto de amistad por parte de los ladrones. De esta manera me daban a entender que les resultaba útil y que me aceptaban. Por consiguiente, podía sentirme seguro... Estaría seguro todo el tiempo en que les permitiese robarme impunemente. En el momento en que avisase a la policía y ésta empezase a a perseguirlos, más valía marcharse.
mercado africano (foto:oblongo)
Pero la sociedad africana no es tan sencilla y Kapuscinski por mediación de su amigo Suleiman resuelve el problema que le extorsiona de una curiosa manera que nunca a un blanco se nos podría ocurrir.
Al cabo de una semana, volvió a visitarme. Se tomó un té y luego dijo con voz misteriosa que me llevaría al Jankara Market. Y que allí haríamos una compra necesaria. El Jankara Market es un mercado donde brujos, herbolarios, adivinos y encantadores venden toda clase de amuletos, talismanes, varitas mágicas y medicinas milagrosas. Suleiman iba de una parada a otra, mirando y preguntando. Finalmente me hizo comprarle a una mujer un manojo de plumas de gallo blanco. Eran caras pero no opuse resistencia. Regresamos al callejón. Suleiman compuso las plumas, las rodeó con un hilo y las ató al travesaño superior de la puerta.
Desde aquel momento, nunca más me desapareció nada del piso.
Que cachondos, encima tenía que estarles agradecido por que le robaran, ¡tiene narices la cosa... jajaja...!
ResponderEliminarNunca mejor dicho, se integró de un plumazo en su cultura. Son tan supersticiosos...
Besos.
Magnífico el libro, al leer estos párrafos no dudé en ir a buscarlo a la librería a por él,(aparte hacía tiempo que no cogía un libro y me apetecía...), y la verdad que estoy ensimismado con el, lo recomiendo sin duda alguna...
ResponderEliminardamballa, kapuscinski debería estar como asignatura en las facultades de periodismo. es revelador.
ResponderEliminarun saludo.