El hombre que susurraba a los pianos

Podríamos celebrar el 75 aniversario de su nacimiento o recordar la triste desaparición hace 25 años de uno de los grandes virtuosos del piano, el canadiense Glenn Gould, (25 de septiembre de 1932 – 4 de octubre de 1982).

Dotado naturalmente de una técnica sorprendente, sus grabaciones son un referente musical para todo músico. Era un extraordinario interprete de Bach, pero su repertorio abarcó Beethoven, Shostakovich y hasta Schoenberg.

Su figura era la de toda una estrella, en este caso de la música clásica, pero podía haber sido del rock. Se presentaba a los conciertos envuelto en sus abrigos y bufandas independientemente del calor que hiciera. Utilizaba una desvencijada silla de madera con respaldo y las patas recortadas que hacía que le quedara la nariz a la altura del teclado. Sus interpretaciones estaban acompañadas de tarareos e incluso cantos sobre la melodía original.

En 1964 se retiró de los escenarios cuando era una auténtica figura internacional. La razón era que estaba cansado de las actuaciones en directo y creyó que servía mejor a la música en un estudio de grabación. Estaba muy interesado en las nuevas tecnologías, llegó a ser un gran especialista en las técnicas de grabación y fue de los primeros intérpretes clásicos en utilizar las técnicas digitales. Aquí un extracto de una grabación en estudio.

Hace poco, exámenes científicos diagnosticaron que padecía el síndrome de Asperger. Lo que no impide para que le recordemos como uno de los más grandes interpretes de piano.