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sábado, 23 de mayo de 2009

Mi madre y los analfabetos "asustantes"

No temáis, a pesar del título no voy a contar la historia que subyace en cada uno de nosotros de que nuestra madre es la mejor cocinera del mundo, tampoco haré una endulzada oda al amor materno, sólo quiero contaros una pequeña anécdota que ilustra la necesidad de adaptación al rápido y cambiante mundo tecnológico que nos rodea.

El caso es que para este verano estoy preparando una visita a la casa materna, no tiene nada que ver con que viva a pocos metros de una playa de aguas trasparentes, en una isla que parece estará semi-desierta a mi disposición este verano a causa de la crisis. ¡No! es mi deber filial el que me obliga.

Para no dejar de estar conectado al mundo en esos días, estoy intentando un traspaso de linea ADSL de mi teléfono al suyo. Acabo de llamarla para informar de mis tramites burocráticos y para contar con su autorización. La respuesta ha sido sorprendente, además de no poner ninguna pega me ha sugerido que si tuviera algún portátil antiguo por ahí tirado por casa me lo trajera para enseñarle a leer los periódicos online y "las cuatro cosas básicas que se deben saber de internet", ya que vamos a disponer de conexión. El hecho sorprendente no es esto, si no que este verano va a cumplir 87 años (qué no se entere que digo su edad), con una salud física de hierro y una mental que os la podéis imaginar. ¿Dónde hay que firmar para llegar así a la vejez? Sobretodo cuando se leen las noticias de jóvenes e ilustres popes culturales, como la de nuestra insigne ministra de cultura González-Sinde mostrando su profunda ignorancia funcional al declarar: "Es 'asustante' que los libros circulen libremente por la Red".

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