la cumbia "villera" escandaliza
No sabía que la cumbia "villera" tuviera la capacidad de remover la mentes de los bien pensantes. Me he dado cuenta al leer el artículo aparecido en el diario El País escrito por el ex-presidente uruguayo Julio María Sanguinetti, donde se escandaliza por la crudeza que el estilo musical tiene al sacar a la luz la realidad sudamericana y rioplatense en concreto:
Allí desfilan la madre soltera, el ladrón habitual, el muchacho al que le estalla la cabeza por lo que ha ingerido, la pobre putilla ignorante, la droga, el niño sin figura paterna, el odio de clase...
Para después, con gesto de nariz altiva de élite intelectual, criticar su difusión aunque por supuesto no su prohibición:
Basados en cierta antropología clásica y el catecismo moderno de lo "políticamente correcto", no faltan -en todas partes- intelectuales defensores de la difusión de esta sub-cultura marginal que se regodea en su propia degradación. En nombre de la libertad, no se nos ocurriría perseguir esta música o proscribirla de las radios. Pero, ¿es razonable que la asumamos como un valor auténtico, enclavado dentro del discurso "pobrista" que inunda el mundo?
Todo esto suena a lo mismo e siempre; el miedo al cambio de orden social. En los 50' y 60' el rock era satanizado por una sociedad rígida y pacata. Todavía se puede leer en muchos CDs en Norteamérica ese Parental Advisory: Explicit Content. O hablando ya más seriamente artistas encarcelados y asesinados para acallar su música. Ésta ha cumplido siempre su función comunicadora, más aún con los que carecen de medios para alzar su voz y sacar a la luz la realidad que los rodea. La función del arte no es tapar lo feo y desagradable sino mostrar la heridas que la sociedad genera para poder limpiarlas, la única forma de curación posible. Sólo nos queda esperar un nuevo Bob Marley cumbiero que expanda y rompa los moldes sociales por todo lugar donde los "villeros" se muevan. ¿Qué os parece Octavio Mesa para empezar? Un auténtico trasgresor tristemente desaparecido.
Todo esto suena a lo mismo e siempre; el miedo al cambio de orden social. En los 50' y 60' el rock era satanizado por una sociedad rígida y pacata. Todavía se puede leer en muchos CDs en Norteamérica ese Parental Advisory: Explicit Content. O hablando ya más seriamente artistas encarcelados y asesinados para acallar su música. Ésta ha cumplido siempre su función comunicadora, más aún con los que carecen de medios para alzar su voz y sacar a la luz la realidad que los rodea. La función del arte no es tapar lo feo y desagradable sino mostrar la heridas que la sociedad genera para poder limpiarlas, la única forma de curación posible. Sólo nos queda esperar un nuevo Bob Marley cumbiero que expanda y rompa los moldes sociales por todo lugar donde los "villeros" se muevan. ¿Qué os parece Octavio Mesa para empezar? Un auténtico trasgresor tristemente desaparecido.
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Bravo Jorge, darle duro a tipos como Saguinetti, que tiene tanta cara a la hora de escribir en el Pais. Habría que hacer una sinopsis de lo que fue su presidencia en Uruguay para ver aun mas claro el personaje que reprime la musica de los que quieren llamar y decir "aqui esta pasando esto"
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