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jueves, 8 de julio de 2010

Tienen pan pero no circo

Es la frase que John Carlin le atribuye a Mandela en su libro "El factor humano", cuando intentaba integrar a los Afrikáners en la Sudáfrica interracial que se creo a primeros de los 90. El método fue el final de la prohibición que padecían los Springboks, la selección de rugby emblema de los boers, de jugar partidos internacionales. El resultado fue el reparto del pan negado a las personas de raza negra. Un buen trato sin duda para ambas partes.

En estos días, en España podríamos darle la vuelta a la frase; mucho circo y poco pan. Lo digo con cierto orgullo: Primero por haber predicho el resultado de la final de la copa del Mundo de Fútbol antes de que empezara el campeonato: Y segundo tras observar ayer en las televisiones las eufóricas reacciones de mis paisanos, y en la calles de Madrid el desmadre jamas visto por estos ojos que superan la cincuentena. Pero también con cierta cautela producto de la ensoñación colectiva que padecemos que nos aparta de la dura realidad.

Las imágenes que más me impactaron ayer fueron estas:

En no sé que cadena de televisión entrevistaban a los familiares de Villa en su pueblo natal ¿imagináis las respuestas no?, detrás aparecían varías personas con una sonrisa de oreja a oreja pero con una camiseta que rezaba: No a los despidos de Chupa Chups.

Por las calles de Madrid miles de aficionados desfilaban con paso marcial y sonrisas desparramadas. Claxons y bocinas sonaban apoyándose unos en otros, banderas ondeadas por adolescentes que no saben del conflicto que generó este trapo en el 36, a pesar de que los políticos lo intentan utilizar todavía hoy en su beneficio. En resumen, escenas exactamente iguales a las acontecidas donde tú vives si lo haces por acá.

Pero la cosa iba más allá, guapas chicas exhibían sus exuberantes pechos sacados por las ventanillas de los coches al grito de ¡Soy español, español...! Desconocidos eufóricos se besaban por las calles, escenas que yo creía se reservaban únicamente en el recibimiento a los soldados de vuelta de una guerra vencedora se desarrollaban ayer delante de mis atónitos ojos.

¿Y por qué os cuento todo esto? os preguntaréis los fieles seguidores del blog que tenéis la paciencia de leer. Pues porque no puedo grabar el programa de radio que hago cada semana en este estado calamitoso de cuerpo y espíritu que padezco. Las emociones, visiones y calores vividos me han dejado para el arrastre. La semana que viene habrá más radio... lo prometo.

2 comentarios:

  1. Bon dia, Jorge!

    A mi me asusta un poco el arrebato de nacionalismo exacerbado que la actualidad futbolística conlleva. A penas hay una frágil linea divisoria entre la alegria y le fanatismo, ojalá que se imponga la cordura.

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  2. Jajaja, excelentes excusas! A disfrutar que en buena ley se lo han ganado. Aprovechen para festejar que la semana próxima ya volverá la crisis a los primeros planos.
    Saludos desde Argentina (especialistas en crisis, ya no tanto en ganar mundiales :/ )

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