Ko Un, Poeta

Uno de mis más “viejos” amigos, José Rivarola, fue el primero en darme a conocer la poesía Zen, allá por la década de los 80, cuando organizaba "meditaciones" en la isla de Ibiza, trayendo a venerables monjes budistas desde el extremo oriente. Recuerdo que por las noches, estos venerables, acababan con todas nuestras existencias del mejor o peor vino, daba igual, y por la mañana nos levantaban al amanecer para dejarnos exhaustos subiendo a la carrera cualquier montaña de los alrededores. Después de haber sufrido experiencia tan impactante he procurado estar al tanto de los escritos que leiamos aconsejados por los maestros.

Uno de los principales poetas de filosofía Zen es el coreano KO UN. (1933)

En su adolescencia sufrió los horrores de la guerra fratricida, y en su juventud la violencia de las dictaduras militares. Más tarde, pasó varios años entregado a la meditación zen. Luego de una década renunció a la vida monástica y regresó al mundo con una profunda actitud nihilista que culminó con intentos de suicidio en 1970. Lo probó hasta cuatro veces. Después de pasar por la cárcel, su vida se transforma en un activo sentimiento de solidaridad y compromiso con su pueblo.

Un mosquito me ha picado.

¡Gracias!

¡Estoy vivo!

Su lenguaje poético es realista y coloquial, marcado por los ritmos del discurso cotidiano más que por convenciones literarias.

Plena luz

En caca seca no se
paran ni las moscas.

¿No es eso la Pureza?

No.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Noche profunda.

Parece que no existo.

Me acuesto de espaldas.

Olvídate del sonido de la lluvia.

Olvídate totalmente

hasta del sonido de la lluvia

el próximo año, y el siguiente después...

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

El viento

Sopla el viento.

¡Ah, este otro mundo!

Más poemas

Libros publicados